CMen Q.90: ¿Cómo ha de ser leída y escuchada la palabra para que se haga eficaz para la salvación?
A fin de que la palabra se haga eficaz para nuestra salvación, hemos de prestarle atención con diligencia, preparación de espíritu y oración; hemos de recibirla con fe y amor, atesorarla en el corazón y practicarla en la vida. Dt. 6:16ff; Sal. 119:18; 1 Ped. 2:1–2; Sal. 119:11; 2 Tes. 2:10; Heb. 4:2; Santiago 1:22–25.
CMay Q.160: ¿Qué se requiere de aquellos que oyen la palabra predicada?
De aquellos que oyen la palabra predicada se requiere que la atiendan con diligencia, u) preparación, v) y oración; x) que comprueben lo que oyen con las Escrituras y; y) que reciban la verdad con fe; z) amor, a) mansedumbre, b) y prontitud de ánimo, c) como la palabra de Dios; d) meditando e) y conferenciando sobre ella, f) guardándola en el corazón, g) y manifestando los frutos de ella en la vida. h)
u) Sal. 84:1, 2, 4; Sal. 27:4; Prov. 8:34; v) Luc. 8:18; 1 Ped. 2:1, 2; Sant. 1:21; x) Sal. 119:18; Efe. 6:18, 19; y) Hch. 17:11; z) Heb. 4:2; a) 2 Tes. 2:10; b) Sant. 1:21; Sal. 25:9; c) Hch. 17:11; Hch. 2:41; d) 1 Tes. 2:13; e) Heb. 2:1; f) Deut. 6:6. 7; g) Sal. 119:11; Prov. 2:1; h) Luc. 8:15; Sant. 1:25.