CMen Q.107: ¿Qué nos enseña el final de la Oración Dominical?
El final de la Oración Dominical, que dice: "Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria por todos los siglos. Amén", nos enseña a derivar solamente de Dios los incentivos que nos mueven a orar; y también a alabarle en nuestras oraciones, atribuyéndole a él sólo el dominio y el poder y la gloria. Y en testimonio de nuestro deseo y seguridad de ser oídos, decimos: "Amén". Dan. 9:4, 7–9, 16–19; Lucas 18:1, 7–8; 1 Cron. 29:10–13; 1 Tim. 1:17; Apoc. 5:11–13; 1 Cor. 14:16; Apoc 22:20.
CMay Q.196: ¿Qué nos enseña el final de la oración del Señor?
El final de la oración del Señor, (que dice: Porque tuyo es el reino y la potencia y la gloria, por todos los siglos. Amén), v) nos enseña a corroborar nuestras peticiones con argumentos x) que son tomados, no de algo digno que haya en nosotros o en otra criatura, sino de Dios, y) y con nuestras oraciones unidas a las alabanzas, z) atribuir a Dios solamente la soberanía eterna, la omnipotencia y la excelencia gloriosa, a) conforme a los cuales como él puede y quiere ayudarnos b) así por la fe somos animados a suplicarle que quiera, c) y esperar quietamente que él querrá cumplir nuestras peticiones, d) y como un testimonio de nuestros deseos y seguridad, decimos. Amén. e)
v) Mat. 6:13; x) Job 23:3, 4; Jer. 14:20, 21; y) Dan. 9:4, 7-9, 16, 19; z) Fil. 4:6; a) 1 Crón. 29:10,13; b) Efe. 3:20, 21; Luc. 11, 13; Sal. 84:11; c) Efe. 3:12; Heb. 10:19-22; d) 1 Juan 5:14; Rom. 8:32; e) 1 Cor. 14:16; Rev. 22:20, 21.